Preámbulo
Tengo el honor, la suerte y -sobretodo- el placer de poder introducir una de esas reliquias que se mantienen y se recuperan gracias a los vínculos que se crean entre personas que tienen una vocación, una pasión y una dedicación común.
Personas que además nos encontramos, nos reconocemos y coincidimos en esta familia a la que denominamos desde el año 1959 Asociación Española de Lucha Contra el Fuego (ASELF).
Hay profesiones aparentemente “modernas” que son “antiguas” en esencia pero que con los avatares de la vida y de la Historia pierden esas señas de identidad que les son propias e, incluso, esa “llama” del conocimiento que atesoran.
Ocurre, a veces y desgraciadamente, que esa llama se apaga totalmente y eso obliga a (re)nacer de nuevo. Si, y nunca mejor dicho en relación con este campo, resurgiendo de las cenizas y volviendo a brillar como un ave Fénix renovado.
Salvar la vida de nuestros conciudadanos, apagar incendios y proteger todo aquello que nos configura como Sociedad es algo antiguo, tan antiguo como la necesidad de supervivencia del ser humano y tan antiguo como el momento en el que el hombre se empezó a relacionar con el fuego ya de forma inseparable.
Desgraciadamente, la profesión de Bombero en España ha sufrido los mismos tropiezos, desencuentros y vaivenes que el resto de la Sociedad, pero también se ha contado con personas profundamente comprometidas que con grandes esfuerzos han sacado adelante actividades y proyectos que ahora parecen algo lógico y normal.
Y una de estas personas de referencia es José Luis Martínez Garrido, Vicepresidente de ASELF y digamos que ya retirado del servicio “operativo” porque “activo” no ha dejado nunca de estarlo (para suerte de todos nosotros), quien fuera además el primer Director de la Escuela de Bomberos de Cataluña.
Y es él quien, como otros muchos en otras ocasiones, rescata y nos da la oportunidad de tener la publicación que estas líneas introducen. Él es quien conoce la necesidad de mantener el testigo a buen recaudo y él es quien es consciente de la necesidad de hacer un revelo ordenado, sabiendo hacia donde se quiere ir pero sin perder de vista desde dónde se viene ni los esfuerzos (con sus aciertos y fallos) de los que vinieron antes. Y en esto él ha sido siempre perfectamente consciente que la piedra angular de todo ello es la formación.
El año 1974 parece que queda lejos pero viendo el detalle está todavía muy cerca. Y, sin embargo, poner en marcha un proyecto ambicioso como era el desarrollar un “libro” de referencia para formar bomberos de manera, seria, rigurosa e integral obligó a empujar mucho en muchos sentidos.
En esta coyuntura el Servicio de Prevención y Extinción de Incendios de la Diputación de Barcelona supo ofrecer un instrumento innovador y moderno que fortaleciera la profesión pero que sobre todo, facilitara la profesionalidad (que permítame el lector no es sinónimo de retribución).
En todo caso, estimado lector, si estás aquí es porque tienes interés por conocer un poco de Historia y sin duda, es aquí donde podrás leer cuestiones nuevas… que ya eran antiguas. En nombre de la Asociación, gracias José Luis.
Pablo Gárriz Galván
Presidente