El pasado día 24 de abril, en Madrid, diez asociaciones bomberos – entre ellas ASELF- nos hemos constituido en Federación Española de Bomberos.
La iniciativa se gestó en un congreso de AsBoVoCa, Asociación de Bomberos Voluntarios de Catalunya, allá por el mes de noviembre de 1995, en Granollers.
Se encomendó a ASELF°el liderazgo de los trabajos necesarios para la redacción de unos estatutos. Así lo hemos hecho, ayudados en comisión por otros entusiastas de la idea.
Nuestra revista “Fuego” y el XVI Congreso Nacional de Bomberos de Bilbao, entre otros eventos, han dado cuenta del camino andado al respecto; y no viene a· cuento repasar de nuevo cronologías otras veces explicitadas.
Lo cierto es que ya existe la FEB, o Federación Española de Bomberos, y que su constitución es, en cualquier caso, un hito histórico y, además, vieja aspiración cumplida de muchos de los que nos precedieron en estas lides de la búsqueda de lo común entre nuestras diferencias.
Pero es indudable que, lo que las asociaciones AsBoVoCa, ASELF, Sanitarios de Bomberos, Bomberos Principado de Asturias, Bomberos de La Palma, de Adeje, de Tegueste, de La Laguna, de Garachico y de Valle de Güimar han constituido, no es más que un embrión.
Hemos hecho lo más sencillo: comenzar. Pero hay que consolidar lo iniciado. Ahora viene lo complicado: trabajar para que la Federación sea fecunda, generando la ilusión suficiente para que otras asociaciones de bomberos, actuales y futuras, se unan también a nuestro empeño.
Somos pocos y empezamos por poco, pero nuestro objetivo va a ser precisamente ese: aglutinar en la Federación al máximo número posible de asociaciones de bomberos.
Sin olvidar otra cuestión fundamental, que ha estado presente en los trabajos de comisión: nos hemos federado para luchar mejor por lo que nos une y para el logro de un mayor grado de representación ante organismos estatales e internacionales.
Sin embargo, la Federación no sustituirá a las asociaciones en los fines específicos de éstas. Dicho de otra manera, si no perduran con vitalidad y resultados las propias asociaciones federadas, tampoco tendrá real consistencia la Federación Española de Bomberos que ahora ponemos en marcha.
Debemos, pues, felicitarnos, por lo conseguido. Pero sin olvidar, en línea con lo dicho en el párrafo anterior, que en el seno de ASELF hay que continuar con el quehacer del día a día, mejorando nuestros métodos de trabajo y nuestros resultados para beneficio, en primer lugar, propio y, en último término, de la nueva Federación Española de Bomberos que con otros esperanzados compañeros hemos fundado.
José Luis de Ugarte
Vocal de Junta de ASELF