Como no podía ser de otro modo, las buenas intenciones se deben traducir en hechos. Esto supone que el compromiso de la Asociación con su revista FUEGO sea de verdad y cierto.
Lo que se traduce en garantizar la continuidad de la publicación, la calidad tanto en contenidos como en su presentación y el refuerzo de los elementos de gestión de la misma, por lo que desde principios de marzo contamos con una nueva colaboradora en la Asociación, responsable del área de Comunicación y Marketing, la periodista Nieves M. Martín. Persona que por diversos motivos ha estado vinculada a ASELF desde hace tiempo y que, desde aquí, aprovecho para darle la bienvenida con recíproca ilusión y empuje.
Y como dice el refranero… “obras son amores y no buenas razones”, aquí tenemos el número 155 de la revista en su cuarta época. Sí, no es el número 42 como cabría esperar, y esto se debe al esfuerzo riguroso de una serie de socios que han conseguido recopilar, y donar a la Asociación, la totalidad de los ejemplares de la revista FUEGO desde que se iniciara en el año 1965.
Desde luego, ha sido todo un proceso de investigación, voluntad y tesón que pone las cosas en su sitio –históricamente hablando– y que permite recuperar, a modo de crónica, una parte importante de nuestro pasado reciente.
Además del valor que por sí tiene esta recopilación, es toda una curiosidad que, como no puede ser de otra manera, está a disposición de todos los miembros de ASELF.
Como anécdota también apuntar lo curioso que resulta que personas que actualmente están vinculadas a ASELF puedan leer informaciones y artículos sobre sus padres, hermanos, tíos e incluso abuelos, o que los asuntos a los que les damos vueltas hoy en día siguen siendo, en mucho, los mismos de antaño.
Por otra parte, quiero agradecer desde aquí el aluvión de artículos, colaboraciones e informaciones que nos estáis haciendo llegar de manera permanente, lo que pone de manifiesto la importancia de tener un medio de divulgación propio, que responda a las necesidades del colectivo de ASELF.
No obstante, debemos ir superando etapas. Las nuevas tecnologías nos ofrecen una oportunidad para el intercambio y la mayor participación. Por eso, aprovechando el SICUR, inauguramos nuestra nueva página web (www.aself.org) que poco a poco –mediante las diversas implementaciones que tenemos proyectadas– se acabará convirtiendo en nuestra plataforma tecnológica básica.
Ya que tengo la posibilidad de utilizar esta tribuna, no quiero dejar pasar la oportunidad de recordar desde aquí a una serie de amigos y compañeros de ASELF que han fallecido recientemente como es el caso de Patxi Sánchez de Bomberos de Donostia, de Francisco Monreal de Bomberos del Ayuntamiento de Madrid y de Antonio Miguel Moreno de Bomberos de Motril (Granada).
Por supuesto, tampoco quiero dejar pasar el caso de Josep Garrido, de Bomberos del Ayuntamiento de Barcelona, que tras rescatar a un niño en un cuarto que albergaba un transformador eléctrico, falleció por las graves quemaduras sufridas. Desde aquí vaya un abrazo a su compañero, que sabemos evoluciona favorablemente de las lesiones sufridas.
Con esta última reflexión vaya también nuestro ánimo a los Bomberos de la Generalitat de Catalunya, que tras la dura situación creada como consecuencia del incendio de “Horta de Sant Joan” han sufrido el rigor del juego político y el sometimiento a un circo mediático que no es el suyo.
Sigue siendo gracioso, si algo de gracia tiene, que a la cabeza de los Planes de Emergencia en materia de Protección Civil –tanto territoriales como especiales– se pongan al mando como Directores de los mismos, de manera formal y con el máximo nivel de capacidad, a los políticos de turno que para figurar son muy sentidos y celosos pero que, a la hora de la verdad, usan a sus subordinados, en general, y sus responsables técnicos, en particular, como excusa sobre su desconocimiento en las materias en las que deben actuar y decidir y, por tanto, asumir las consecuencias.
Esto anterior supone que, con demasiada frecuencia, se lance a los leones al chivo expiatorio de turno –técnico o no– y que con el fin de tapar una incompetencia se ponga en tela de juicio ante la opinión pública, no sólo al desdichado que le toca la “china” (no quiero entrar en valorar si con razón o sin ella), sino a toda la estructura que lo soporta.
Digo bien al decir incompetencia, ya que no desarrollar legislaciones serias y realistas o que éstas no se hagan cumplir por intereses oportunistas, desarrollar estructuras jurídicas de gestión de difícil encaje con respecto al fin perseguido, no dotar a los servicios como corresponde, no establecer y garantizar los mecanismos de coordinación adecuados, no desarrollar una planificación real estudiada, analizada y adaptada para cada entorno territorial concreto (y no el “corta pega” al que cada vez estamos más acostumbrados con documentos que no dicen nada) y, por supuesto, no exigir que se cumplan con el máximo rigor y la máxima diligencia debida todas las funciones y tareas encomendadas a cada uno de los miembros de los diferentes organismos, no evitar que se enturbien los aspectos puros de gestión operacional con otros elementos relacionados con la negociación colectiva y las relaciones laborales –siendo utilizados además como moneda de cambio–, no desarrollar sistemas de inspección independientes y no establecer los mecanismos de análisis crítico y constructivo para que las estructuras aprendan e incorporen las experiencias obtenidas en cada intervención y que con ello se ayude a generar un cuerpo doctrinal propio, no es ni más ni menos que una falta efectiva de competencia.
Por ello creo que, con la situación actual, los valores compartidos que sirven de referencia a nuestro proceder –tras haber sido sometidos a votación y aprobados por nuestra Asamblea Genera– cobran hoy en día una significación especial y que quiero acabar recordando: responsabilidad, honestidad, participación, compromiso, servicio, solidaridad y transparencia.
Pablo Gárriz Galván
Presidente