Parece que acabamos el verano, tiempo intenso para muchos de nosotros en nuestras respectivas áreas. No obstante, lo acabamos con gran pena. Pena que no es otra que la que dejan detrás los incendios forestales y las pérdidas que ellos conllevan.
Para poder valorar en su conjunto esta “campaña”, habrá que esperar a ver los datos ofi- ciales finales ofrecidos por las distintas Administraciones competentes, aunque de todos modos son ya valorables las pérdidas humanas que se han dejado por el camino. Lamentables son todas ellas pero especial incidencia tienen para nuestro colectivo los fallecimientos de intervi- nientes en el ejercicio de su función. Y aquí quiero y debo incluir también a nuestros vecinos portugueses con los que compartimos frontera, historia, cultura y, también, “problemas”.
En Portugal: tres bomberos fallecidos (una bombera calcinada en una situación dramática al quedar atrapada y no poder ser rescatada), y en España: dos bomberos gallegos murieron en el incendio declarado en San Vicente en el municipio pontevedrés de Fornelos de Montes; otra víctima mortal se produjo en la extinción de un incendio en la localidad coruñesa de Outes y un último brigadista fallecido en el incendio originado en el término municipal de Senés (Al- mería). Sin lugar a dudas, datos para la reflexión.
No obstante, el 7 de agosto se inauguraba una trágica semana con el fallecimiento de un bombero del Ayuntamiento de Palma en un incendio estructural en una céntrica cafetería de este municipio.
Todo esta aún muy reciente pero conocer las circunstancias en las que se producen estos accidentes debe servir como experiencia y, en definitiva, como parte del proceso de aprendizaje que evita que estos sacrificios no sean en vano y caigan en saco roto.
Desde ASELF, como siempre, hemos transmitido y hecho llegar a los familiares, compañeros y allegados de todos ellos nuestras más sentidas condolencias y nuestro más profundo recono- cimiento. Reiterados desde estas líneas en nombre de todos.
Desgraciadamente, los finales de verano suelen tener como protagonista los incendios fo- restales como fondo, pero para los que nos dedicamos a esto –y para la propia ASELF– esto es una parte más de nuestra actividad.
De hecho, los que seguís y participáis de las actividades y noticias de la Asociación sois cons- cientes de la gran cantidad de oportunidades y actividades de interés que están surgiendo. Tal es así, que los que estamos en ASELF sabemos que la Asociación ha sido, es y debe ser motor y vehículo que canalice, permita compartir y cohesione a todos los que tenemos intereses co- munes y participamos como socios de esta organización.
Lo anterior se traduce, entre otras muchas cosas, en una página web permanentemente mantenida (lo que conlleva también un proceso dinámico de implantación) y en un número más de nuestra querida revista. Circunstancia ésta última que nos debe congratular a todos, ya que la revista FUEGO es de todos y la hacemos entre todos, y no es una editorial que la lance para ganar dinero o con marcados fines comerciales.
En fin, aquí tenemos el resultado del firme compromiso que esta Junta Directiva asumió con respecto a nuestra revista FUEGO: continuidad, periodicidad, utilidad y calidad.
Pablo Gárriz Galván
Presidente